viernes, 15 de abril de 2011

Artes Marciales en el siglo XXI

Artes Marciales en el siglo XXI
Es frecuente que el practicante o estudiante se pregunte si esto o aquello es realmente eficaz, ¿pero dónde está la verdadera eficacia? La efectividad se encuentra en la propia actitud del Budoka y no únicamente en la técnica. Esa técnica del individuo debe de ir acompañada por la toma de consciencia de lo que se está desarrollando, ahí es donde un verdadero Maestro tendrá una explicación apropiada y coherente a cualquier reflexión planteada por el alumno, sin dejar dudas en la mente.
La actitud del Guerrero, quizás en la mayoría de los gimnasios donde se practica un Arte Marcial, este concepto puede sonar a disparate, algo lejano y olvidado. De hecho en la actualidad, el entrenamiento de cualquier Arte Marcial se toma, en algunos casos, como una simple forma de hacer ejercicio, en otros, como simple juego, para conseguir perder peso, por un título o trofeo para poder presumir a terceros, etc. Se aplican como un mero deporte en los Macro Gimnasios llenos de Aparatos y ofertas considerando el Arte Marcial como un producto más a venderte. Esa falta de actitud y el convertirlo en un deporte es lo que mutilan y rompen el Arte Marcial quedando quebrado y transformándolo en un juego individualista o colectivo, perdiendo toda su efectividad y filosofía heredada. Es la cruda realidad que vivimos día a día, donde la disciplina, seriedad, humildad, respeto son dejados aparte. Los alumnos son enseñados con limitación para que no sean una futura competencia y los alumnos a no tener unos valores aprendidos, buscan su camino o meta a toda costa y sin respeto.
El antiguo Samurái tomaba su entrenamiento como parte de su vida, de ello dependía su honor y vida. No solo conllevaba a un adiestramiento físico, sino también psíquico y espiritual. Aquel que en la práctica adquiere el coraje del Guerrero, será el que marque la diferencia como Artista Marcial o futuro Maestro, haciendo que perdure la pureza del Arte y los principios filosóficos que su escuela conlleva.  
Un Maestro no es aquel que se le otorga un papel con dicho título tras unas pocas horas lectivas en materias propias y otras ajena a su disciplina, complementado por una suma de dinero para obtener ese apreciado título. Es algo más y como muestra que nos sirva la herencia que nos dejó Sosai Masutatsu Oyama.
¿Por qué se convierten en deporte y pierden su filosofía? Es el resultado de la comercialización del mismo, que venda bien, sudar  lo justo para llenar las aulas. Parcelas de poder, independizarse de los Maestros cuando se cree que ya sabe de todo, por ansias de grados Dan, federándose en distintas organizaciones para conseguir sus metas egoístas. Federaciones que lo que les interesa son cuotas y a cambio te “regalan” títulos por una suma de dinero. Gente que crean sus propias Asociaciones para tener su parcelita de poder e ingresos, todo esto para sus propios beneficios y carteras, olvidando las enseñanzas y principios del Arte.
Un Maestro es reconocido por la gran categoría técnica y moral de sus alumnos, debe ser el reflejo de sus enseñanzas.
Ansias de salir en fotos, protagonismo, títulos a cambio de monedas o favores, poder y dinero, todo esto y más es lo que degenera el Arte perdiendo su técnica, eficacia y su filosofía. Todo esto se convierte en un mercado de hipocresía destruyendo algo tan puro y bello como es el Arte Marcial.
Bushido, el camino del Guerrero, para algunos solo textos en libros, pero para otros es una forma de vida, dedicación y aprendizaje.
A todos los Karatecas y Artistas Marciales, luchemos por cambiar esto !!
Osu !!